La dignidad indica el respeto y la estima que todos los seres humanos merecen y se afirma de quien posee un nivel de calidad humana irreprochable. La dignidad es la cualidad de digno que significa valioso, con honor, merecedor y el término dignidad deriva del vocablo en latín dignitas.
Dicho esto, dignidad humana significa que un individuo siente respeto por sí mismo y se valora al mismo tiempo que es respetado y valorado. Implica la necesidad de que todos los seres humanos sean tratados con toda igualdad y que puedan gozar de los derechos fundamentales que de ellos derivan.
Una persona pierde su dignidad si se deja utilizar por otros, y es instrumentalizada y menospreciada por los demás. La dignidad, también se pierde al cometer actos indignos por viles y crueles. Al carecer de dignidad todo ser humano puede sentirse fácilmente humillado al no valorarse sus cualidades intrínsecas
La Biblia enseña que cada ser humano es creado por amor, hecho a imagen y semejanza de Dios
(Génesis 1:26-27) NTV Entonces Dios dijo: «Hagamos a los seres humanos a nuestra imagen, para que sean como nosotros. Ellos reinarán sobre los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, todos los animales salvajes de la tierra y los animales pequeños que corren por el suelo».
Así que Dios creó a los seres humanos a su propia imagen.
A imagen de Dios los creó;
hombre y mujer los creó.
Esta afirmación nos muestra la inmensa dignidad de cada persona humana, que « no es solamente algo, sino alguien. Es capaz de conocerse, de poseerse y de darse libremente y entrar en comunión con otras personas ».
(Mateo 10: 29-32) NVI
¿No se venden dos gorriones por una monedita? Sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin que lo permita el Padre; y él les tiene contados a ustedes aun los cabellos de la cabeza. Así que no tengan miedo; ustedes valen más que muchos gorriones.
»A cualquiera que me reconozca delante de los demás, yo también lo reconoceré delante de mi Padre que está en el cielo.
Nuestra vida tiene un gran valor para Dios, no vale un cuarto ni el costo de dos pajarillos. Debemos cuidar nuestra vida y salud porque esta fue dada por Dios y es una forma de apreciar a la misma.
Ante las nuevas ideologías que rondan por el mundo, vale la pena recordar el valor integral que Dios ha otorgado a cada ser humano. Fue Él quien, desde el inicio, pensó y creó con la capacidad de razonar y amar, a tu Creador y a tu prójimo. Estas características, se las proveyó a todo ser humano, libre y plenamente amado. «Dios no hace acepción de personas» (Hechos 10: 34) RV-60 Entonces Pedro, abriendo la boca, dijo: En verdad comprendo que Dios no hace acepción de personas,
(Romanos 2: 11) TLA¡Dios no tiene favoritos!
(Galatas 2: 6) NTV Los líderes de la iglesia no tenían nada que agregar a lo que yo predicaba. (Dicho sea de paso, su fama de grandes líderes a mí no me afectó para nada, porque Dios no tiene favoritos).
porque todos los hombres tienen la misma dignidad de criaturas a la imagen y semejanza de Dios.
DIGNIDAD COMO UNA ACTITUD ESPIRITUAL
El rey David cuando murió Saul y su hijo Jonatan pregunto quien quedaba de la casa de Saul (2 Samuel 9)
El rey David averiguó si había alguien de la familia de Saúl a quien pudiera beneficiar en memoria de Jonatán y, como la familia de Saúl había tenido un administrador que se llamaba Siba, mandaron a llamarlo. Cuando Siba se presentó ante David, este le preguntó:
—¿Tú eres Siba?
—A las órdenes de Su Majestad —respondió.
—¿No queda nadie de la familia de Saúl a quien yo pueda beneficiar en el nombre de Dios? —volvió a preguntar el rey.
—Sí, Su Majestad. Todavía le queda a Jonatán un hijo que está tullido de ambos pies —le respondió Siba.
—¿Y dónde está?
—En Lo Debar; vive en casa de Maquir hijo de Amiel.
Entonces el rey David mandó a buscarlo a casa de Maquir hijo de Amiel, en Lo Debar. 6 Cuando Mefiboset, que era hijo de Jonatán y nieto de Saúl, estuvo en presencia de David, se inclinó ante él rostro en tierra.
—¿Tú eres Mefiboset? —le preguntó David.
—A las órdenes de Su Majestad —respondió.
—No temas, pues en memoria de tu padre Jonatán he decidido beneficiarte. Voy a devolverte todas las tierras que pertenecían a tu abuelo Saúl, y de ahora en adelante te sentarás a mi mesa.
Mefiboset se inclinó y dijo:
—¿Y quién es este siervo suyo, para que Su Majestad se fije en él? ¡Si no valgo más que un perro muerto!
Pero David llamó a Siba, el administrador de Saúl, y le dijo:
—Todo lo que pertenecía a tu amo Saúl y a su familia se lo entregó a su nieto Mefiboset. Te ordeno que cultives para él la tierra y guardes la cosecha para el sustento de su casa. Que te ayuden tus quince hijos y tus veinte criados. En cuanto al nieto de tu amo, siempre comerá en mi mesa.
—Yo estoy para servir a Su Majestad. Haré todo lo que Su Majestad me mande —respondió Siba.
A partir de ese día Mefiboset se sentó a la mesa de David como uno más de los hijos del rey. Toda la familia de Siba estaba al servicio de Mefiboset, quien tenía un hijo pequeño llamado Micaías. Tullido de ambos pies, Mefiboset vivía en Jerusalén, pues siempre se sentaba a la mesa del rey.
A ti y a mi nadie nos podrá sacar de la mesa del Rey Jehova Todo Poderoso…nuestro Padre!
IA